FAECTA participa en varios actos con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género


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 “La sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano”. Esta cita de Concepción Arenal muestra, décadas después, que en la sociedad española la violencia que se ejerce contra las mujeres sigue teniendo múltiples caras al convertirlas en ciudadanas imaginarias de una democracia de cristal que no reconoce la legitimidad que poseen. La más visible, es la que está detrás de la muerte de las 45 mujeres en lo que llevamos de 2013. La invisible es aquella cara permeable que convierte a la desigualdad de género, en el campo de cultivo de una violencia estructural que se ejerce contra las mujeres en todos los ámbitos.

A lo largo de este mes se han celebrado diversos actos para conmemorar el 25 de noviembre, entre los que destacan el IV Congreso para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres organizado por la Consejería de Justicia e Interior los días 25 y 26 de noviembre. En este acto, que ha contado con la participación de representantes de FAECTA y AMECOOP-A, se ha puesto de manifiesto el impacto de las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la violencia de género.

Desde ambas organizaciones se quiere denunciar la violencia estructural que se ejerce contra las mujeres en el ámbito laboral a través de diversos mecanismos como son la discriminación salarial, las barreras para la promoción laboral, la dificultades para la corresponsabilidad y la conciliación laboral. Asimismo, se apunta a las empresas cooperativas como espacios empresariales en los que se reduce el grado de desigualdad por ser más democráticas y contar con una estructura horizontal en la que no existen jerarquías.

Ademas, representantes de FAECTA y AMECOOP-A, han estado presentes en otros actos, como los celebrados en Almería con motivo del 25 de noviembre. En el primero de ellos, la Subdelegación del Gobierno en la provincia organizó el acto Institucional "Monumento a la Vida" donde se leyó el manifiesto en contra de la violencia que se ejerce sobre las mujeres y, posteriormente, se procedió a la plantación simbólica de dos árboles y dos rosales en recuerdo por las mujeres y menores fallecidos por la violencia de género. El segundo de estos actos se celebró en la Casa de las Mariposas del Centro de Cultura de Cajamar y fue organizado por el Centro Provincial de Almería del Instituto Andaluz de la Mujer. En ambos, se puso de manifiesto que para erradicar cualquier tipo de violencia hacia las mujeres es necesario aumentar las medidas de actuación hacia las víctimas pero, también, apostar por la prevención a través de la educación para crear una mayor conciencia social, entorno el problema, que permita reducir la brecha en materia de desigualdad y violencia. Hasta ahora, las medidas que se han adoptado no han logrado cumplir los objetivos marcados en esta línea, por lo que es necesario reforzar las medidas y acciones que se desarrollan en materia de igualdad.

En España la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, que había conseguido subir algunos peldaños en la última década, se ha visto golpeada y legitimada por la situación económica logrando descender en puestos en materia de desigualdad de género. La discriminación salarial, las barreras para la promoción laboral, las trabas para ejercer la corresponsabilidad y la conciliación laboral siguen siendo obstáculos que lejos de reducirse se han incrementado notoriamente en el último lustro.

Los recortes que se están ejerciendo en materia de educación, sanidad, servicios sociales e igualdad, entre otros, así como las reformas en el ámbito laboral –propensas a facilitar y abaratar los despidos, la reducción de jornada o el aumento de horas extras que recaen principalmente sobre las mujeres- han propiciado la vuelta al ámbito doméstico reduciendo así sus oportunidades de desarrollo y participación como elemento vital del crecimiento y estabilidad económica.

No obstante, la labor principal para conseguir erradicar cualquier tipo de violencia que se ejerza sobre las mujeres pasa, en primer lugar, por eliminar la violencia estructural del sistema patriarcal. Asimismo, es necesario reorganizar la sociedad para, de un lado, romper con la deslegitimación que se ejerce sobre las mujeres –en la toma de decisiones que le afectan directamente (como, por ejemplo, ser madres)- y, de otro, garantizar los derechos a tener una vida digna, un acceso al mercado laboral en igualdad de oportunidades en sueldos, cargos y condiciones y a ser, sobre todo, ciudadanas de primera visibles. Pues, como afirmaba Clara Zetkin, “cuando los hombres se callan es nuestro deber levantar la voz en nombre de nuestros ideales”.