Andalucía destaca por ser una de las comunidades con mayor actividad emprendedora. Según el último informe GEM (Global Enterpreneurship Monitor) correspondiente a 2013, Andalucía sigue siendo, con unos 292.000 nuevos emprendedores, la segunda comunidad autónoma más emprendedora en términos absolutos, tras Cataluña, seguida por Madrid. Entre las tres concentran el 52% del millón y medio largo de todos los emprendedores de España.
Teniendo en cuenta que la tasa de actividad emprendedora en Andalucía es del 5,4%, cifra superior a la media nacional que se sitúa en un 5,2% y similar a la de países como Finlandia, Irlanda o Suecia, FAECTA hace un llamamiento al colectivo emprendedor para que apuesten por las cooperativas, empresas con valores que se basan en el trabajo en equipo, en una gestión democrática y participativa. Desde la Federación se defiende el modelo cooperativo no sólo como el camino idóneo para acceder al mercado laboral y realizarse profesionalmente, sino también como herramienta de consolidación de las empresas ya existentes para que, a través de la intercooperación, ganen músculo empresarial y competitividad. Para la Federación constituirse como cooperativa “es una apuesta firme por la consolidación laboral a la hora de garantizar estabilidad entre los trabajadores y trabajadoras”. Si quieres que te ayudemos, contacta con nosotros.
Además, FAECTA subraya que emprender en colectivo hace más resistentes a estas empresas por la visión del trabajo en equipo, por su gestión democrática y responsable y porque son las personas que forman la cooperativa las que deciden sobre su futuro laboral.
En Andalucía, la tasa de emprendimiento potencial está ligeramente por encima de la media de España (10,9% frente al 9,3%), siendo una de las más altas entre las comunidades autónomas.En cuanto al los motivos para emprender, en los últimos diez años, tanto en Andalucía como en España, descienden los emprendedores y las emprendeodoras por oportunidad y aumentan los motivados por la necesidad. En Andalucía la pérdida de peso de los emprendedores por oportunidad sobre el total del colectivo emprendedor es algo menor que la media de España (17 puntos frente a 21).
FAECTA, como representante del cooperativismo de trabajo, garante y transmisora de los valores que emanan de este modelo empresarial, hace del emprendimiento colectivo en cooperativas seña e identidad al considerar que es el eslabón que genera y asienta la riqueza en el territorio y, por ende, revierte de manera positiva en el conjunto de la sociedad.
Cooperativas: empleo y facturación
En España existen 16.389 cooperativas, de las que el 23,5% están en Andalucía. Así contamos con que nuestra comunidad lidera el ranking nacional con 3.853 cooperativas, lo que representa el 56% de las empresas de economía social andaluzas. En materia de empleo, el 77% de los puestos de trabajo de la economía social andaluza están en las cooperativas, lo que se traduce en más de 42.600 empleos, según recoge el último informe de CEPES-A. Patente y notorio también es el número de empleo femenino al estar representado en un 42,5% (21.500) del total de la economía social, suponiendo este porcentaje el 80% en las empresas cooperativas.
La aportación del cooperativismo andaluz al tejido económico adquiere mayor dimensión visual cuando hablamos del volumen de facturación. En este sentido, los datos muestran que la facturación de las empresas cooperativas en Andalucía alcanzan los 10.465.243,54€ (la Economía Social en España es de 12.137.817,44€) mientras que esta cifra es sustancialmente inferior si hablamos de sociedades laborales (1.672.573,90€). Esto evidencia por qué la administración y las distintas entidades y organismos ven en el cooperativismo el modelo idóneo para emprender y generar riqueza y desarrollo económico.
El modelo cooperativo se posiciona del lado de la sociedad satisfaciendo y respondiendo a todas sus necesidades. Los valores y principios que rigen en el cooperativismo son un acicate para Andalucía, una comunidad que precisa de un modelo social y económico más sostenible y responsable, donde prime un compromiso real con la ciudadanía. Estos valores sociales, inherentes en el ADN cooperativo, cuentan con el apoyo y respaldo de entidades y organismos que ven en esta tipología de empresas otra forma de hacer y crecer en economía, al anteponer a las personas frente al beneficio especulativo que rigen en otros modelos jurídicos.
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