Apoyar el empleo y facilitar que los medios de producción se queden en manos de las personas que trabajan en la empresa. Esa es una de las propuestas que FAECTA ha puesto sobre la mesa para plantar cara a la destrucción de puestos de trabajo cuando la empresa tiene que cerrar o marcharse porque no obtiene suficientes beneficios. Al convertirse en cooperativa son los propios trabajadores y trabajadoras de la empresa en cuestión quienes se hacen cargo de ella. Esto implica que pueden, sobretodo, conservar el empleo y participar directamente en la gestión para decir qué rumbo va a tomar.
El objetivo, por tanto, es trasladar a la Administración (andaluza y central) las posibilidades que se abren a través de la vía cooperativa e impulsar medidas que faciliten a los trabajadores el proceso de adquisición de la empresa. Fundamentalmente esta propuesta supondría una apuesta decidida por el empleo. En una comunidad como la nuestra, donde la tasa de paro es del 36%, 10 puntos superior a la media nacional, es urgente acometer medidas que contribuyan a frenar esta situación. Además de los contactos con la Administracion, FAECTA está realizando las gestiones oportunas para dar a conocer sus propuestas en materia de reconversión cooperativa, contando también con los agentes sindicales, como enlace directo con los trabajadores y trabajadoras. No cabe duda de que si se avanzara en este sentido, la ciudadanía saldría ganando y el cooperativismo de trabajo saldría reforzado.
El ejemplo de Francia
Así está ocurriendo en Francia, a iniciativa de Benoît Hamon, el ministro francés para la Economía Social, donde el senado francés ha aprobado el primer borrador de un nuevo proyecto legislativo de economía social, para ayudar a hacer crecer a las cooperativas de trabajo. El proyecto será presentado ante la Asamblea Nacional durante los próximos meses, y podría crear una estructura legislativa especial para las cooperativas.
El documento reconoce el derecho de las personas que trabajan en la empresa a ser informadas si esta va a ser ser vendida. Si reciben el apoyo que necesitan, los empleados pueden comprar su empresa y administrarla exitosamente. La adquisición de la empresa por los trabajadores y trabajadoras es frecuentemente una solución de último recurso y sucede cuando las empresas van a la quiebra.
Entre las medidas que recoge este proyecto está que las empresas con más de cincuenta empleados deberán avisar a los trabajadores sobre su intención de vender por lo menos dos meses antes de hacerlo. El dueño de la empresa puede escoger la mejor oferta, pero necesita informar a los empleados antes, para que ellos puedan planificar una buena oferta.
Además, inversores externos pueden poseer más de un 50% del capital de la empresa por un periodo límite de siete meses. Esto permitiría a las personas que trabajan en la empresa convertirse en accionistas mayoritarias durante ocho años desde la transformación de la empresa en una sociedad cooperativa.
El Senado también ha adoptado una enmienda que permite la creación de fondos de desarrollo cooperativo por empresas cooperativas. La ley autoriza la utilización de fondos de reserva por empleados para recomprar acciones desde los accionistas externos.
Si la ley es aprobada, los empleados podrán convertirse en miembros de cooperativas de trabajo sin tener que trabajar en la empresa, con la condición de que esta empresa tanto como la empresa para la cual trabajan forme parte de un grupo de la misma sociedad de cooperativas de trabajo.
Más información: Campaña de transmisión de las cooperativas francesas
