Las cooperativas arriman el hombro ante el covid-19

Ya son varias las cooperativas que se han puesto manos a la obra para confeccionar mascarillas de protección con el fin de paliar la escasez de material provocada por la emergencia sanitaria que ha provocado el covid-19. En Málaga contamos con el ejemplo de Iriss, una cooperativa de mujeres impulsada por FAECTA y la Asociación Vives, y en Cádiz, Sajíes, una textil que está asociada a la Federación desde hace más de dos décadas. En Granada, Createc hace pantallas visera con impresoras 3D.

 

A la labor de estas empresas se une el trabajo que vienen realizando las cooperativas de asistencia sociosanitaria, ya sea en residencias de personas mayores o atendiendo a través del servicio de ayuda a domicilio.

 

Juan, de la cooperativa Createc nos  cuenta que han decidido sumarse a la iniciativa “Coronavirus Market”, un proyecto nacional para atender las demandas de material que se están produciendo por todo el territorio. Así que ahora han puesto todas sus impresoras 3D a funcionar para hacer pantallas de protección de distintos modelos. Al cabo del día, si todo va bien,  en Createc pueden conseguir entre 130 y 140 unidades, según el diseño del que se trate y teniendo en cuenta que por el confinamiento solo puede haber una persona en las instalaciones, que se encarga además de las reparaciones de la maquinaria. Juan nos dice que están donando las pantallas a los hospitales y a centros hospitalarios de la zona, “y tenemos encargos del Hospital Virgen de las Nieves, del Centro Clínico Salvador Caballero y del Colegio de Farmacéuticos de Granada”. “Además hemos fabricado una pieza  para convertir máscaras integrales de buceo en respiradores y ya se ha usado con tres pacientes” comenta.

 

La cooperativa Iriss está participando en el proyecto ‘Málaga de Moda’ -la marca promocional de la Diputación de Málaga para apoyar a la industria textil de la provincia- que ahora ha dado un giro a la marca con la colaboración de CaixaBank y Fundación Bancaria ‘la Caixa’. Las mascarillas que fabriquen las 25 personas que participan en los talleres de costura de “Málaga de Moda” se destinarán a los centros Guadalmedina, Virgen de la Esperanza y La Vega de Antequera, a personal dedicado a atención domiciliaria de personas dependientes así como a hospitales y centros de salud de la provincia malagueña.

 

Por su parte, la cooperativa gaditana Sajíes se ha sumado al llamamiento que ha realizado el Ayuntamiento de Jimena de la Frontera para arrimar el hombro y fabricar mascarillas usando el tejido donado por el ciclo de educación infantil del Colegio Ntra. Sra. Reina de los Ángeles y por el propio ayuntamiento. Este material garantiza el mantenimiento de los servicios básicos de ayuda a domicilio.

 

Se trata de cooperar. Las cooperativas textiles fabrican mascarillas y las cooperativas sociosanitarias pueden protegerse y atender a nuestros mayores. Es el hilo rojo del cooperativismo.

 

Ayuda para gestionar las emociones

 

Las cooperativas de psicología Allegra y Viventi (ambas malagueñas) también hacen su aportación desinteresada y a través de redes sociales ofrecen técnicas y herramientas para gestionar nuestras emociones en esta crisis. Desde Vivendi nos cuentan que “sentimos la necesidad de echar una mano en estos momentos tan difíciles y la mejor manera que se nos ocurre es poniendo nuestro granito de arena para que esta situación de reclusión forzosa pueda suponer una vía de crecimiento personal”.

 

No cabe duda de que las cooperativas son las empresas que humanizan la economía. No solo ahora, en tiempos en los que hay una ola colectiva de solidaridad, sino que lo han hecho desde siempre. La solidaridad y el compromiso son valores básicos y diferenciadores en este tipo de empresas. La economía con rostro humano es esto.