Los 9 principios del movimiento cooperativista

Una de las características más importantes de las cooperativas es que son empresas con valores en las que las personas priman por encima del capital. Las cooperativas se rigen por valores como la democracia, la igualdad, la ayuda mutua, la responsabilidad y la solidaridad. Los principios y valores cooperativistas diferencian a este modelo económico de cualquier otro tipo de empresa. Por eso, desde el Blog de FAECTA hemos preparado este post para darlos a conocer y explicarlos de una forma sencilla y clara.  ¿Empezamos?

 

1. Adhesión abierta y voluntaria. Este principio también se conoce como “El Principio de puertas abiertas” y declara que las cooperativas son organizaciones voluntarias, abiertas a todas las personas capaces de utilizar sus servicios* y dispuestas a aceptar las responsabilidades que conlleva ser socio o socia, sin que se discrimine por género, raza, clase social, ideología política o creencias religiosas.

*¿Qué significa ser capaces de utilizar sus servicios? Con esta frase se reconoce que en muchos casos las cooperativas solo sirven a un cierto tipo de socio, por ejemplo, las cooperativas de pesca sirven a los pescadores. Es decir, la cooperativa busca satisfacer también las necesidades de sus socios y socias, no puedes formar parte de una cooperativa únicamente aportando capital y esperando beneficios sin preocuparte por más.

 

2. Gestión democrática. Las cooperativas son organizaciones controladas democráticamente por sus socios y socias. Son ellos quienes definen las políticas y participan en la toma de decisiones bajo la premisa de 1 persona = 1 voto. Esto quiere decir que cada persona socia tiene un voto, independientemente del capital que haya aportado.

Las cooperativas de segundo grado (o posteriores) formadas por una asociación de cooperativas también se organizan con procedimientos democráticos, aunque estos varían un poco y son algo más complejos.

 

3. Participación económica de socios y socias. Las personas asociadas contribuyen de manera equitativa y controlan de manera democrática el capital de la cooperativa. Normalmente las personas socias reciben una compensación, si es que la hay, sobre el capital suscrito.

Pero la participación de las personas socias no se limita exclusivamente a aportar dinero, también deciden qué hacer con los excedentes que pueda tener la cooperativa. Tras compensar posibles pérdidas y liquidar los impuestos, las personas socias pueden destinar los excedentes a:

–    Crear reservas, para garantizar el futuro desarrollo de la cooperativa.

–    Repartir beneficios entre sus socios y socias en función de su implicación en la actividad, y no de su aportación económica

–    Apoyar otras actividades que sean aprobadas por los socios.

 

4. Autonomía e independencia. Como hemos explicado, las cooperativas son organizaciones autónomas e independientes controladas por sus socios y socias. Si consiguen acuerdos para trabajar con otras organizaciones o Administraciones Públicas, o necesitan contar con capital de fuentes externas, estos acuerdos se deben realizar bajo términos que aseguren que se siga manteniendo el control democrático y la autonomía de la cooperativa de trabajo.

 

5. Educación, entrenamiento y formación. Las cooperativas también se preocupan por ofrecer educación y formación las personas asociadas, así como a quienes las representan, dirigen o trabajan en ellas. Esta apuesta por la continua formación y renovación contribuye eficazmente al desarrollo de estas empresas.

Además, las personas socias fomentan el cooperativismo difundiendo este modelo e informando sobre su naturaleza y sus beneficios. En este caso, las cooperativas de consumo juegan un importante papel educando a sus compradores en la importancia de hacer un consumo responsable.

Desde FAECTA hemos lanzado varias campañas fomentando un consumo cooperativo y responsable, como nuestra campaña “Date el gusto y compra en cooperativas”. Incluso hemos desarrollado un Geolocalizador de cooperativas andaluzas para reforzar la presencia digital de estas empresas y darlas a conocer.

 

6. Cooperación entre cooperativas. Las cooperativas se implican para trabajar de manera conjunta a través de estructuras locales, regionales, nacionales e internacionales. De este modo se crea y fortalece el movimiento cooperativista.

Desde FAECTA (Federación Andaluza de Empresas (Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Trabajo) representamos al cooperativismo de trabajo en Andalucía y trabajamos para impulsarlo y fomentarlo.

 

7. Compromiso con la comunidad. El movimiento cooperativo tiene un compromiso con su entorno, las cooperativas contribuyen al desarrollo sostenible de su comunidad económica, social y culturalmente.

El modelo cooperativo actúa como agente dinamizador de la economía local, generando empleo, fijando la población a la zona y aprovechando los recursos endógenos, propios del territorio.

Las cooperativas de enseñanza demuestran su compromiso con la comunidad en la que desarrollan su actividad, educando con proyectos de aprendizaje y servicio que sirven a su comunidad mientras el alumnado aprende.La Ley de Cooperativas Andaluzas publicada en 2011 reformuló estos principios e incluyó dos nuevos, pasando a ser 9 principios cooperativos.

 

8. Igualdad de género, con carácter transversal al resto de principios. Este principio se extiende al resto de principios que ya hemos explicado, y supone que en ningún caso exista discriminación por razones de género. Se ha demostrado la eficacia que tiene la fórmula cooperativa para promover la igualdad y posibilitar el empoderamiento de la mujer, creando oportunidades de autoempleo y emprendimiento.

Los datos lo demuestran: El 54% de las mujeres están en puestos de dirección y mando en las cooperativas de trabajo. Cooperativas de trabajo como La Herradura (Sevilla), Ecoherencia (Cádiz), Vidamar (Almería) y la cooperativa de aceite Esperanza del Campo (Granada) son la muestra de ello, gestionadas por empresarias cooperativistas.

 

9. Sostenibilidad empresarial y medioambiental. Las cooperativas buscan el equilibrio entre crecimiento económico, desarrollo social equitativo y protección medioambiental. El movimiento cooperativo es el mejor modelo económico para conseguir un desarrollo sostenible.

 

Estos principios cooperativos son la esencia del movimiento cooperativo, un movimiento que tiene como fin un beneficio común, afianzar los recursos y mejorar la situación de las personas que forman parte de la cooperativa.

Si estáis pensando en lanzar vuestro proyecto y os sentís identificados con estos principios es el momento de conocer el modelo cooperativo. Un modelo económico democrático, comprometido y sostenible. Podéis poneros en contacto con FAECTA para saber cuál es el siguiente paso. Nuestro equipo técnico os informará y guiará durante todo el proceso.

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