Ramón Jáuregui participa en el Foro Antares

El diputado socialista del Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, participó el 14 de enero en el ciclo de conferencias del Foro Antares ofreciendo su visión sobre la nueva empresa y el papel de ésta en la sociedad en la ponencia “Empresa y sociedad en el nuevo siglo”.

Manuel Mariscal, presidente de FAECTA, intervino en este acto para presentar a Ramón Jáuregui con una exposición en la que señaló la importancia de la política laboral de recursos humanos como pilar de la responsabilidad social empresarial, analizando esta idea desde el punto de vista de las cooperativas y la economía social. Asimismo, hizo una petición expresa al parlamentario europeo para que defendiera en Bruselas el denominado Informe Toia, llamado así por haber sido defendido por la europarlamentaria italiana Patricia Toia. Según apuntó Mariscal, en este documento se pide a la Comisión que con sus nuevas políticas promueva la economía social y defienda el concepto de la economía social como un «enfoque diferente de la empresa» cuyo motor principal no es la rentabilidad financiera sino los beneficios para toda la sociedad, de modo que las particularidades de la economía social se tomen debidamente en cuenta en la elaboración de los marcos jurídicos. Asimismo, hizo referencia a la necesidad, también reflejada en el Informe Toia, de que los componentes de la economía social se reconozcan en el diálogo social europeo intersectorial y que se fomente el proceso de inclusión de los agentes de la economía social en la concertación social y el diálogo civil.

Durante su conferencia, Jáuregui habló sobre la reformulación del sistema económico, proponiendo un nuevo orden fundamentado en una economía humana, desde valores como la democracia, la participación, la solidaridad, la justicia distributiva, o la sostenibilidad, estimulando una lógica cooperativa frente a la lógica competitiva del mercado.

En opinión de Jáuregui, los constantes cambios y exigencias al sector empresarial están provocando una progresiva influencia en la expansión de la idea de la responsabilidad social empresarial, a lo que ayuda el hecho de que por primera vez la sostenibilidad es competitiva. “Las empresas han comprendido que en el siglo XXI sus estrategias de competitividad en la globalización no pueden basarse en la devaluación del medio ambiente, ni en el maltrato laboral, ni en el incumplimiento de normativas internacionales en materia sindical o de derechos humanos. Justamente al contrario, es la superación de esos mínimos lo que incrementa su competitividad” afirmó el parlamentario europeo.

"Es por esto por lo que la Responsabilidad Social Empresarial se ha convertido en un movimiento estructural de transformación de la empresa”. Sin embargo, añadió, “la potencialidad de este movimiento depende de la voluntad política que la acompañe, y por ello, se hacen necesarias políticas públicas flexibles y ambiciosas a favor de la RSE".